El amor no tiene género
El Tantra es una de las más antiguas enseñanzas que nos viene a recordar la importancia de la unión armónica entre la energía masculina y femenina que todos llevamos en nuestro interior y que va más allá del género y de nuestros gustos sexuales.
La filosofía del Tantra en su totalidad, abraza la vida en todas sus áreas y formas. Incluye todas las partes de nuestro cuerpo físico, energético y emocional. Acepta plenamente el poder de nuestra energía sexual, despertándola y distribuyéndola a través del masaje por todo nuestro cuerpo. El masaje tántrico permite que la energía sexual vuelva a fluir libremente cumpliendo su función creativa, sanadora e ilimitada. Un masaje tántrico es una herramienta transformadora y eficaz que a través de la presencia plena, la respiración y el tacto amoroso vacío de intención, permite desbloquear y liberar lo almacenado en todos tus cuerpos (físico, emocional y energético). En nuestras relaciones, más o menos íntimas, la mayoría de las veces estamos sometidos conscientemente o inconscientemente a cumplir con actitudes comportamentales donde el intercambio entre “dar y recibir” está basado en una falta de autoescucha y por ende de la escucha del otro; esto desencadena una serie de viejos patrones aprendidos de dependencia emocional,expectativas ,apegos, desconexión que a lo largo pueden convertirse en tóxicos. En una sesión de masaje tántrico no buscamos nada y realmente todo es bienvenido, no existe ninguna meta que no sea la necesidad real del momento presente de la persona que recibe. Es un auténtico viaje que permite la expansión de tu conciencia para sentir, reconocer, soltar y transformar todo aquello que no has podido atender a lo largo de tu vida y que te impide cambiar y crecer.
Cuando mi energía masculina y mi energía femenina danzan en plena armonía, es como si el cielo y la tierra estuviesen haciendo el amor dentro de mi.
“Como es arriba, es abajo;
como es adentro es afuera”.
¿Deseas verte?
Te acompaño.
“Quería probar el masaje tántrico por su componente sanador. Deseaba que me ayudara a abrirme más a mi sexualidad, y sentí que Luca sería perfecto por su energía amorosa, transmutadora y de profunda compasión. En la sesión sentí una aceptación total; no tenía que hacer nada, no había expectativas. Me sentí libre, me dejé estar, y un millón de sensaciones se me abrieron, así como mi corazón. Me fundí con el todo. Amé al todo, desde el todo, y en todas direcciones. Las barreras se deshacían, quedando solo la magia de la vida. Cuando me fui supe que mi sexualidad nunca volvería a ser la misma. Me di cuenta de que la forma en la que la había estado viviendo me hacía daño. Ese respeto y amor por mí misma y por mi cuerpo se han instalado en mí y están siendo una guía para los pasos que hoy decido dar”.
“He recibido muchos masajes tántricos pero nunca uno profesional por un hombre. Previo al taller sentí algún miedo con respecto a qué sentiría: ¿Me sentiré del todo cómodo? ¿Me dejaré recibir sin juzgar? Difícilmente pude analizar-juzgar el trabajo porque entré de lleno. Volví a sentir mi piel tocada con sumo respeto, con tanta escucha que a veces me recordaba la falta de escucha que puedo tener yo conmigo mismo a la hora de tocarme. Fue fluido en todo momento y muy placentero en el 99% . En el 1% descubrí partes de mi cuerpo que acumulaban un dolor que desconocía y aunque es poco en relación al 99, fue intenso e interesante transitar por esos espacios de dolor. El hecho de recibir un masaje de otro hombre me sorprendió por el grado de escucha a la hora de tocarme partes que pueden ser más sensibles y, quizás porque la anatomía femenina no tiene esas partes, hace que unas mujeres no sean tan conscientes de la sensibilidad de esas zonas. En definitiva una experiencia que recomendaría a cualquier hombre, mujer, alma ... Porque además Luca tiene esa sensibilidad para tratar con la esencia de cada persona. ¡Gracias Luca por el espacio que me diste! ”.
“Yo no sabía que podría acontecer, pero la disposición, entrega, cuidado de Luca me dieron la confianza para abrirme a experimentar. El mismo día del masaje, antes de recibirlo, me acordé de que hacía mucho tiempo ya que no estaba en contacto físico y de manera íntima con alguien. Al principio sentí un cierto impacto sexual pero después de la propuesta de movimiento y escucha de Luca me relajé y allí fue cuando sentí que el trabajo se estaba procesando. Durante una parte del viaje más íntimo hubo un toque que me hizo llorar, se liberó una energía que no entendía de dónde venia y, después del llanto, el cuidadoso acompañamiento de Luca me volvió a traer el sentido de paz conmigo. Fue una liberación”.
“La experiencia con el masaje tántrico ha sido reveladora en muchos aspectos que me fueron sorprendiendo a medida que iba soltando y entregándome a la guía amorosa, respetuosa y comprometida de Luca. Re-descubrir zonas de mi cuerpo olvidadas que están allí a la espera que despiertes y las mimes me ha conmovido, darme cuenta que no me era “tan fácil” permitir que otro me acaricie y estimule amorosamente sin ninguna connotación sexual ha sido lo más revelador, allí pude ver cuán limitada estaba con respecto al dar y recibir simplemente amor. Luca, a través de la guía sutil en la respiración ha logrado que pueda darme cuenta de cuales eran y donde estaban mis limites, aquello que creía que no era capaz por complejas creencias marcadas por un abuso a temprana edad, quedaron desarmadas por el simple hecho de permitirme expresar, sentir y serme fiel en un estado puro e inocente. El placer y la culpa se han ligado y nos han alejado de la verdad. Gracias a terapias como el masaje tántrico y terapeutas como Luca, generoso y entregado a desatar estos nudos mentales es que mi Ser se siente más libre de las cárceles. Gracias Luca por la experiencia de Amor”.
“Mi experiencia en este tipo de masajes, con Luca fue la primera y fue muy interesante. Un encuentro amoroso y cuidado en un espacio seguro. He sentido la confianza de entregarme en todo momento gracias a la delicadeza del trato y el respeto con el que Luca me ha guiado. Para mi el gran aprendizaje fue, una vez más darme cuenta de los límites que no pongo, pero que Luca supo ver aún sin yo poderlos expresar claramente; al sentir esto tuve la sensación de poder llorar las lágrimas contenidas en todas las mujeres del mundo cada vez que nos tragamos el decir un “no”, un “hasta aquí”, un “ya no quiero seguir en lo que estamos”, un “para por favor”. También he descubierto zonas de mi cuerpo muy placenteras que tenía olvidadas y que amo poder conectarme con ellas. Muy agradecida!!!!! Solo haría una práctica como esta con alguien tan sensible y cuidadoso como Luca”.
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